Sinsajo

Sinsajo

 

En Sinsajo, Katniss visita la civilización subterránea del Distrito 13 y conoce a sus habitantes y a su líder, la presidente Alma Coin, luego de haber sido llevada a los restos del Distrito 12 por última vez. El triangulo amoroso de Katniss, Gale y Peeta se desarrolla lentamente, forzando a Katniss a decidir con cuál ella quiere estar, algo complicado cuando Peeta está en manos del Capitolio, siendo torturado, y Gale está a su lado.

Katniss acepta ser el líder simbólico de la rebelión: el Sinsajo, la cara visible de los rebeldes. Ella descubre que Cinna, su estilista durante los dos juegos del hambre en los que participo, y de quién se había hecho amiga cercana, ha sido asesinado, aunque el resto de su equipo de preparación a sobrevivido siendo cautivos del Distrito 13. Ellos preparan a Katniss para las cámaras cuando ella acepta filmar publicidades de los rebeldes.

Katniss está cada vez más horrorizada por los hechos que presencia, como el bombardeo del distrito 8, el de su propio distrito, los asesinatos cometidos hacia sus conocidos, y Peeta siendo golpeado en televisión.

Cuando la misión de rescate que planea el Distrito 13 resulta bien, Peeta regresa al lado de Katniss en el Distrito 13. O al menos ella esperaba que aquello suceda, ya que cuando él regresa, notan que sus recuerdos han sido distorsionados por veneno de rastrevíspula, una tortura de control mental conocida como "secuestro". Ahora odia y quiere matar a Katniss, creyendo que ella es una mutación creado por el Capitolio. Aquello hace que Katniss está aún más decidida de querer matar al presidente Snow.

Ella, junto con un grupo de francotiradores que incluyen Gale, Peeta y Finnick Odair (participante del Vasallaje de los Veinticinco en el libro anterior), se introducen en el Capitolio, costando varias vidas de su grupo, para asesinar al presidente Snow.

A medida que se acercan a la mansión presidencial, una serie de bombas son lanzadas desde un aerodeslizador, explotando y asesinando a niños del capitolio refugiados allí. Un grupo de médicos rebeldes, incluyendo a Primrose, la hermana menor de Katniss, se lanza a ayudar a los niños, pero una vez que llegan, una serie de bombas sin explotar acaba con todos. Prim muere frente a Katniss, quién es severamente herida por las bombas.

A pesar de lograr una considerable recuperación física, Katniss pierde la capacidad de hablar por un tiempo, horrorizada por la muerte de su hermana.

Mientras tanto, Snow es arrestado, acusado por crímenes contra la población de Panem, y se le sentencia pena de muerte. Por pedido de Katniss, ella es designada a encargarse de su ejecución. Antes de hacerlo, Snow le cuenta a Katniss que las bombas que asesinaron a su hermana fueron plantadas por el Distrito 13, y no por el Capitolio. Aunque al principio ella se rehúsa a creer aquello, termina dándose cuenta de que dice la verdad, y que el ataque fue idéntico a uno que habían planeado Gale y Beetee, otro de sus compañeros en el Vasallaje de los Veinticinco.

Al momento de la ejecución de Snow, siguiendo un impulso, Katniss mata a la presidente Coin, aunque de todas formas, Snow muere ahogado por su propia sangre —o aplastado por la multitud, no es claro— ya que estaba enfermo.

Katniss es arrestada y sometida a un confinamiento solitario, donde ella intenta suicidarse. Sin embargo, se declara que Katniss no estaba mentalmente estable al momento del asesinato, por lo que es liberada y obligada a regresar al Distrito 12, que poco a poco vuelve a la vida.

Sumida en una profunda depresión, Katniss se rehúsa a dejar su hogar hasta que Peeta (quién para entonces se ha recuperado en gran medida de su lavado de cerebro) vuelve al Distrito 12. Katniss comienza a recuperar su salud mental, y ella y Peeta lidian con sus sentimientos mediante la creación de un libro compuesto de información acerca de sus amigos difuntos y familiares.

Katniss se da cuenta que en realidad no está enamorada de Gale, sintiendo que su sed de venganza es demasiado similar a la de ella, lo que no le hace ningún bien. Además, aunque sabe que no es su culpa, le es difícil aceptar que su hermana murió por las bombas que él ayudó a crear.

Ella termina enamorándose de Peeta, quién le brinda la calma y paz que necesita para seguir.

En el epilogo, 20 años después de la rebelión, Peeta y Katniss se han casado, han tenido dos hijos, el país está a cargo de una vieja conocida de ambos, y los Juegos del Hambre, ya no existen.